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Sucot y Simjat Torá: las nubes de Gloria, un encuentro cara a cara con Dios

Sheminí Atzeret, comúnmente conocida como Simjat Torá, es una de las festividades más enigmáticas que aparecen en la Torá. Por un lado en los pasajes se nos deja claro que es una festividad aparte de Sucot, la Torá explícitamente separa el día mostrándonos los sacrificios especiales que se hacen en esta fecha y dándole una identidad individual a la festividad, a la vez que en la práctica dejamos de hacer todas las tradiciones características de Sucot. 

Aún así por su posición temporal y la naturaleza de la fiesta parecería que Sheminí Atzeret también representa el epítome de Sucot, pues toma todos los significados de la misma y les da un sentido nuevo. La esencia de la festividad se encuentra en este diálogo de continuación y separación que se establece con Sucot. 

Para entender ambas festividades con profundidad debemos saber el significado que la Sucá tiene y por qué la hacemos hoy en día. Finalmente Sheminí Atzeret es el día en que dejamos la Sucá y traemos sus enseñanzas a nuestra casa.

La Sucá y sus múltiples significados

Cuando llega Sucot solemos construir un recinto con techo de palma y materiales naturales en el cual residimos durante una semana, a este lugar se le llama Sucá (Sucot en plural) esa palabra tradicionalmente se enseña que quiere decir recinto, tienda o cabaña sin embargo a lo largo del Tanaj aparece con una variedad de significados, al punto tal que cuando la Torá nos pide residir en “Sucot” una semana para recordar el Éxodo de Egipto. Los rabinos del Talmud preguntan a qué tipo de Sucá se refiere el pasaje y cuál de las múltiples características del Éxodo es la que estamos recordando.

Nubes de Gloria o tiendas en el desierto

El primer contraste de significados aparece entre la perspectiva de rabí Eliezer y la de rabí Akiva. El primero habla de las nubes de Gloria que rodeaban a los judíos en el desierto se nos dice que Dios hizo una Sucá con dichas nubes a través de las cuales protegía al pueblo de la intemperie como el Sol, las bestias o insectos del desierto; además la Shejiná (La Presencia Divina) habitaba esas nubes. Visto así, la Sucá de hoy es un recordatorio del amor, la bondad y la Presencia de Dios en este mundo; le recuerda a quien la hace las bondades que Dios tuvo con sus antepasados en el desierto, donde los judíos recibían el sustento del maná y eran guidos por Dios.

Por otro lado rabí Akiva habla sobre las tiendas en que los judíos vivieron una vez que las las nubes de Gloria los habían abandonado. Según algunos comentaristas, como Rashi, la protección de Dios estuvo con el pueblo de Israel únicamente los primeros dos años del desierto, después del evento con los espías, durante 38 años los judíos anduvieron en el desierto en tiendas a la intemperie, sin tierra, sin más seguridad que la fe en Dios. Bajo está visión la Sucá representa la lealtad del pueblo judío a Dios y la determinación de escucharlo y seguirlo.

En realidad la Sucá nos recuerda las dos caras del desierto en efecto es un espacio que nos expone a la intemperie y el clima, nos obliga a convivir con la naturaleza; sin embargo puede ser lo suntuoso que queramos y se remarca mucho la importancia del disfrute en ella. Es a la vez un agradecimiento a las bondades que Dios nos da, un recuerdo de que el sustento y la abundancia viene de su mano como un reto de obligarnos a habitar un lugar fuera de nuestra casa que se encuentra expuesto. Cuando lo hacemos, debemos tener en mente el doble significado de la Sucá el amor de Dios y su bondad y la lealtad del pueblo de Israel a Él; la importancia de la fe y la confianza en Dios.

Guerra o paz

Otro significado dual de la Sucá se encuentra en los libros de los profetas. Por un lado se nos habla de la Sucá de paz a la cual todas las naciones entraran para alabar a Dios y al mismo tiempo se nos habla de las Sucot en las cuales el pueblo de Israel acampó antes de entrar en guerra con Canán y recuperar la tierra. Se nos dice que las Sucot son también un recuerdo de que fue Dios quien nos dio la tierra con un objetivo particular y no la ganamos por nuestra mano, es para recordarnos a ser humildes en épocas de abundancia. En cualquier forma la Sucá tiene ese doble significado de paz y guerra, conflicto y armonía simultáneamente, así como lo tiene de abundancia y pobreza, liberación y dependencia.

Tabernáculos

Se habla mucho también de la Sucá de David y a la Sucá se le compará con el Templo de Jerusalén y el Tabernáculo del desierto. Hay muchas halajot que seguimos dentro de la Sucá que imitan a las del Templo porque se asume como un recinto con santidad en el cual se posa la Presencia Divina. La idea es que al habitar la Sucá tomemos consciencia de esa Presencia que nos rodea en todo momento y encontremos paz.

La Sucá hoy y Sheminí Atzeret

Al hablar de los significados que la Sucá tiene, hemos mencionado v

arios aprendizajes que la Sucá nos deja hoy en día. Más allá de su simbolismo habitar la Sucá nos lleva a vivirlos dentro de nuestras vidas y aprenderlos. Por ejemplo, el espacio que delimitamos con nuestras propias manos para habitarlo una semana nos ayuda a vivir en carne propia la paz de tener un refugio que nos proteja del mundo; el techo que permite el paso de la lluvia nos recuerda que la fortuna y la abundancia provienen de Dios y nos ayuda a olvidar las angustias que nos aquejan diariamente y finalmente el ver a Dios en la Sucá nos ayuda a recordar que Dios está con nosotros en todo momento y que depende de uno actuar conforme a esa idea, en la vida diaria y no sólo en momentos específicos.

Sheminí Atzeret es el día en que salimos de la Sucá para entrar a nuestras casas; se trata de que asimilemos los aprendizajes de Sucot a nuestras vidas. Todo lo que tenemos en la Sucá en realidad está dentro de nosotros. Se dice que Dios separa este día del resto para estar con Israel, porque precisamente es la única festividad que no tiene una mitzvá física a la cual atarse, es la única festividad que nos exige sólo estar con Dios en ese día sin ningún otro elemento que nos distraiga de ello.

Simjat Torá

Simjat Torá ocurre en el segundo día de Sheminí Atzeret, cuando se celebra en la diáspora, aunque la festividad popularmente haya tomado el nombre de Simjat Torá, el nombre del Talmud y la Torá es el de Sheminí Atzeret. Simjat Torá en sí es una tradición que ocurre en el día y se hizo popular con el pasar de los años. Por qué celebrar la Torá el único día que no se nos pide ninguna mitzvá, que el contacto con Dios es libre de cualquier atadura. La razón es doble, porque Sheminí Atzeret cierra el ciclo agrícola, termina el año y el proceso de juicio que empezó en Rosh Hashaná, por eso es lógico que las lecturas de la Torá sigan el ciclo agrícola y se festeje su lectura. La segunda es que festejamos el carácter menos tangible de la Torá, no festejamos en sí el rollo físico, su recibimiento, su estudio como en Shavuot, sino la alegría que trae a nuestras vidas. Hay quien argumenta que la Torá es la base del mundo y la guía de Dios al hombre, es lógico que celebremos la relación de Dios con el hombre que se festeja en Sheminí Atzeret recordando también la parte abstracta de la Torá.

Artículo escrito por Aranza Gleason en Enlace Judío

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